Filosofia

Lo que nos llevó a existir es, claramente, nuestro cariño a los animales. Pero eso sólo no hubiera bastado. Es el hecho de que ese interés lo compartiéramos muchas personas y el habernos unido para hacer las cosas mejor, para hacer más cosas, lo que ha generado realmente la Protectora.

Llevamos ya más de una década intentando facilitar una vida digna a un montón de amigos animales y, también, queriendo transmitir a los demás, a esa sociedad de la que formamos parte, nuestros puntos de vista, nuestros valores.

Siempre que podemos - y esta plataforma es un extraordinario medio para ello - hablamos de la lucha contra los abandonos de animales, de la importancia de la información para proceder a una adopción consecuente y feliz para las dos partes a lo largo de muchos años; insistimos en la necesidad de esterilizar como medida contra las camadas indeseadas que serán abandonadas; mencionamos lo rechazable que es la presencia de un animal fuera de su entorno natural, que no debe estar en un lugar en el que resulte raro, que es injusto que no sea feliz precisamente por ser bello o exótico. Siempre que podemos, en definitiva, intentamos modestamente educar un poco más al conjunto de nuestra sociedad sobre lo adecuado, lo ético y lo conveniente para todos que resulta el buen trato a nuestros animales: a ellos se les proporciona dignidad y se les evita sufrimientos innecesarios, pero a nosotros nos hacen un poco mejor persona. Y esto no queremos dejar de decirlo por considerar que ha caracterizado nuestra trayectoria, hemos insistido en oponernos tajantemente al sacrificio de un animal por el mero hecho de llevar un mes, o incluso bastante menos, en una jaula.

Hemos ido poco a poco, campaña a campaña, sensibilizando y creando complicidades, adquiriendo mayores responsabilidades, avanzando y retrocediendo por el camino de ensayo y error, a veces desesperando por ver lo mucho que queda por hacer en esta actividad en la que el amor hacia los animales genera una alta autoexigencia. Pero lo cierto es que hemos evitado a muchos animales, cada uno reconocible por su nombre, males mayores y - al menos eso nos gusta pensar- haciendo que tanto este animal amigo tenga con otros amigos como nosotros una vida un poco, o seguro que bastante, mejor.